Primer mes
Killari, metáfora mía,
crisálida de esmeralda andina,
seca las alas al sol y al viento...
volarás.
que el firmamento es todo tuyo
y ya no mío.
ALTURA Y ARRAIGO
ARENA DE MAR
Inicie la última visión de la noche,
cuando ya casi amanecía.
Ondulando el litoral de norte a sur,
por rutas ajenas a mis sueños, llegué a las planicies tibias del desierto,
descalzo caminé hacia las olas, el alba irrumpía.
Levitando entre arena mojada y crestas de olas,
anduve largamente comprendiendo la resaca del agua marina,
hálitos con aromas de sal oceánica, el sol volvía.
Aves del norte siguieron mis sendas
reconocí Playeros Blancos volviendo por el atajo de mi travesía,
auspicios en el cielo leía, las aves huían.
Apresurado agaché mis rodillas
tomé una astilla de madera que con el vaivén de la marea se conmovía,
escribí el conjuro en una palabra, las sombras que desaparecían.
Abandoné la última visión de la noche,
cuando ya el día laboraba en su rutina.
ESPUMA DE MAR
pasadas las seis de la tarde
mi corazón se ciñe cuando salgo a caminar
por las playa con arenas desérticas
que van rosando la espuma del mar.
Pongo el rostro contra el aliento tibio del ocaso
suena el viento y sus bufidos acarician mis oídos
susurrándome los sonidos de las olas de la mar.
En esa hora el sol lentamente comienza a caer
vencido despide el día con sus estelas enrojecidas
todo se tiñe de candela mientras hace su sepultura del mar.
Las tristezas o angustias del alma afloran en su novedad
llegan pronto con la veracidad de lo incierto del futuro
Sabemos que hay destinos por buscar y encontrar.
Un instante de mi camino sigue la orla que pausa mi voluntad
desembarco en la orilla la reconstrucción de mi humanidad
el infinito de elementos marinos me traen el despertar.
Preferiblemente cualquier día de verano
pasadas las seis de la tarde
mi corazón se ciñe cuando salgo a caminar
por las playa con arenas desérticas
que van rosando la espuma del mar.
EL VIAJE DEFINITIVO, Juan Ramón Jiménez
…Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros
cantando;
y se quedará mi huerto, con su verde árbol,
y con su pozo blanco.
Todas la tardes, el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.
Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado.
mi espíritu errará, nostálgico…
Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido…
Y se quedarán los pájaros cantando.
Poemas agrestes (1910-1911)
Ibn´El Arabi, filósofo, poeta, místico y viajero.
Hubo un tiempo en que yo rechazaba a mi prójimo,
si su religión no era como la mía.
Ahora mi corazón puede adoptar todas las formas.
Es pasto para las gacelas.
Y monasterio para monjes cristianos
y templo para ídolos,
y la Kaaba del peregrino,
y las tablas de la Torá, y el libro del Corán.
Yo sigo la religión del Amor.
Cualquiera que sea el camino que recorran
los camellos, ésa es mi religión y mi fe.
(de la oda XI)