VIAJAR EN TREN POR LOS ANDES

La construcción de las vías, debido a las distancias y geografía andina, no fueron fáciles; sin embargo, los intereses de las compañías internacionales por extraer y comercializar los productos andinos, junto a las políticas de desarrollo industrial promovido por los gobiernos, hicieron que la funcionalidad del tren sea exclusivamente para el comercio.
Hasta iniciada la segunda década del siglo XX los trenes andinos siempre sirvieron como medios de comercialización y no de comunicación. De manera marginal los pobladores de la región lo utilizaban para transportarse, gestando así un pintoresco paisaje andino de viajeros sobre rieles. Los paisajes junto a las expresiones culturales y sociales que se experimentaban durante los recorridos gestaban una atmósfera de riqueza visual y simbólica única.
Con la llegada del desarrollo de las carreteras, el uso del tren como medio de transporte de personas disminuyó, igualmente sucedió con el transporte de mercancías y recursos. Muchos Estados descuidaron el mantenimiento de las vías y locomotoras hasta perderlas o disminuir su utilidad, fueron pocos los países que mantuvieron algunas de las vías que se internaban por los Andes. Estos pocos circuitos fueron insignia de la identidad campesina e indígena de los Andes sobre una locomotora.
Desde finales del siglo XX e iniciando el siglo XXI, el interés de muchos viajeros por acercarse a experiencias únicas e indescriptibles de las regiones que visitaban, los llevó a frecuentar los pocos circuitos ferroviarios de las serranías de Sur Americana, las experiencias y los cuadros geográficos y culturales descubiertos ahí fueron volviéndose celebres rutas que no se podían dejar de hacer cuando se viajaba por la Cordillera de los Andes. Actualmente muchos países Andinos, ante la demanda viajera y turística, vienen reabriendo circuitos abandonados por muchas décadas o mejorando aquellos que nunca dejaron de operar.
Ahora se puede encontrar servicios turísticos de muy buena atención pero, por lo general, con escenarios algo prefabricados para generar la experiencia de contactarse con la historia y la cultura de la localidad; también están en menor cantidad los servicios locales, algunos de estos aun conservan la originalidad de la cultura y los paisajes característicos de los Andes.
COLOMBIA:

ECUADOR:
Transandino: Circuito que conectaba Guayaquil con Quito. En las últimas décadas, los daños naturales generados por la geografía ecuatoriana y por el Fenómeno del Niño han dañado la mayor parte de las vías. En la actualidad solamente operan unos pocos segmentos: Conexión Quito con el Parque Nacional Cotopaxi, con un aproximado de 50 kms y conexión Quito - Riobamba, famoso circuito por que recorre la zona llamada “Nariz del Diablo” (subida en zig zag) y hasta hace pocos años atrás se permitía viajar en el techo del tren (actualmente ya no). Si bien trata de ser un servicio turístico, la atención es más local, con carencia de buena organización para los viajeros.
PERÚ:
Ferrocarril Central Andino: Tren de transporte minero y también de servicios de pasajeros, sale desde el Callao (Lima) hacia la Sierra central peruana, llega hasta Oroya y recorre 152 kms; luego se interna entre las cumbres hacia las ciudades de Huancayo y Huancavelica (150 kms más aproximadamente), el recorrido alcanza una altura de 4.835 m.s.n.m.
Ferrocarriles del Sur del Perú: Antiguamente salía desde la costa arequipeña en Matarani y pasando por la ciudad de Arequipa se dirigía al Cuzco (en la actualidad este tramo está suspendido). El tren ahora opera desde el Cusco, las vías se dividen en dos. El primer circuito se dirige hacia el famoso Machu Picchu y poblados cercanos (110 kms); el segundo hacia el Altiplano peruano con estación final en la ciudad de Puno, a orillas del lago Titicaca. Este último recorrido se extiende por más de 300 kms, atraviesa una altura de 4.321 m.s.n.m.

BOLIVIA:



Ferroviaria Oriental: tiene como punto de partida la ciudad de San Cruz de la Sierra, tiene dos destinos: por el este se conecta con San José, Roboré, Rivero Torres y Quijarro, frontera con el Brasil; por el sur occidente con Charagua, Villamontes y Yacuiba, frontera con la Argentina. Cuenta con cuatro servicios, Regional (de lunes a viernes), Ferrobus (martes, jueves y domingos) y Expreso Oriente (martes y Jueves).
Vale resaltar el cementerio de trenes, a la entrada del Salar de Uyuni, forma un paisaje imponente y expresa el testimonio vivo de la historia locomotora de Bolivia.
CHILE:

ARGENTINA:

Tren de las Nubes: Tren turístico. Sale desde la ciudad de Salta, atraviesa el valle de Lerma y la Quebrada del Toro y finaliza en el viaducto La Polvorilla. Con un recorrido aproximado de 220 kms alcanza una altura de 4.200 m.s.n.m.


Viejo expreso patagónico – La Trochita: Tren de vapor que impulsa vagones de inicios del siglo pasado, cuentan con calefacción mediante estufas de leña, se interna en paisajes andinos habitados por manadas de guanacos y ñandúes. Partiendo desde Esquel (Chubut) y después de seis horas de recorrido hacia en el norte llega hasta la estación El Maitén.

Tren del Fin del Mundo / Austral Fueguino: Recorre el Parque Nacional de Tierra del Fuego. Inicia su recorrido de 14 kms (ida y regreso) en la ciudad de Ushuaia, estación del Fin del Mundo, recorre los paisajes más expresivos de la Tierra del Fuego.
This entry was posted on 13 enero 2011 at 12:26 p. m.. You can follow any responses to this entry through the RSS 2.0. You can leave a response.

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